Es lo primero que leo de esta autora, y a pesar de ser una novela corta, me ha impresionado.
La historia transcurre en la Albania comunista, justo después de la guerra, y narra la relación entre Ismaíl y su cuñada Helena. Aunque pueda parecer que solo tratará la relación sentimental, la autora va más allá.
En algún momento volvemos al pasado, cuando Ismaíl y su hermano Viktor eran pequeños, y como les afectó la muerte de su madre, cuyo nombre no se menciona en todo el libro.
La madre es española, llegó a Albania gracias a su futuro marido y padre de sus hijos, Zanum, quien la rescató de la Guerra Civil española, siendo ella aún muy jovencita.
Sin ser una narración directa, con muchos rodeos y detalladas descripciones, consigue atrapar. Consigue que quieras saber por qué murió la madre, cuáles fueron las causas. También te obliga a pensar, por qué Ismaíl tiene que fijarse precisamente en la mujer de su hermano, lo que desencadenará un final muy sorprendente. Unidos por un fuerte lazo por causa de la muerte de su madre, a medida que van creciendo y madurando sus vidas toman caminos distintos.
Ismaíl siente la necesidad de descubrir qué pasó con su madre y por qué está prohibido pronunciar su nombre. Y así descubrirá la verdadera naturaleza de unos y otros, de su padre en especial. Y aunque los lazos de sangre son muy fuertes, a veces el despecho y el sentirse traicionado pueden ser más fuertes y desembocar en tragedias.
Es en resumen una novela que trata sentimientos muy humanos y que a la vez pueden resultar muy extremos, el amor, los celos, el deseo irracional, el despecho, el odio, la venganza...
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