lunes, 13 de marzo de 2017

Sufragistas, de Sarah Gavron (2015)



Es una temática que a mí parecer no ha tenido la atención que se merece en el mundo del cine, en la literatura no lo sé, pero seguro que hay más material. Y es injusto porque hace tanto tiempo ya que tenemos derecho a votar, que las nuevas generaciones ni conocen ni parezca que sientan demasiado interés por el origen y las protagonistas de esta rebelión.

Nuestro derecho a votar nos es algo tan natural que hasta nos permitimos el abstenernos.

Como siempre, Helena Bonham-Carter está en su lugar, en su papel, aunque podría haber tenido un poco más de protagonismo.
En cuanto a Meryl Streep, francamente, no sé ni por qué aparece en el cartel, si solo aparece unos tres minutos, quizá, y no exagero, es un visto y no visto. Así que los fans que esperen ver una inolvidable y apasionada interpretación, ya se pueden ir olvidando de ello porque nada, no le da tiempo.

La protagonista sin excepción es Carey Mulligan, que interpreta a una mujer veinteañera, Maud Watts, casada y con un niño de unos siete años. Maud vive en un barrio obrero de Londres, y tanto él como su marido trabajan en una lavandería, donde están expuestos a jornadas muy largas y duras de trabajo, donde no existen prácticamente los derechos del trabajador y con un jefe muy duro, especialmente con las mujeres.

Hasta que un día una de sus compañeras le empieza a hablar del movimiento de las sufragistas y su líder, Emmeline Pankhurst (Meryl Streep), y por casualidad se ve envuelta en un altercado entre sufragistas y la policía, ahí despierta su sentido de la justicia y se rebela, y se une a la causa.

La película es muy dura, no solamente por como estas mujeres tan y tan valientes son tratadas por la policía, por el estado y lo que es todavía peor por sus propias familias, sino que además refleja muy bien lo desamparadas y desprotegidas que estaban, sin prácticamente ni un derecho, lo que las lleva a tomar a menudo decisiones totalmente radicales poniendo su vida y la de muchos otros en peligro.

Hay un momento de la película que me dió mucha rabia, cuando después de que el marido la eche de casa, al cabo de un tiempo aparece de escondidas para poder ver a su hijo y se encuentra que un matrimonio de clase media viene a llevarse a su hijo para adoptarlo, ya que el marido no lo puede mantener con su paga, lo cual enfurece a Maud y se niega a aceptarlo, pero la ley tan injusta, solo le da la patria potestad al padre, con lo cual ella nada puede hacer, y ve con total impotencia como se llevan a su niño. Sin duda, Carey Mulligan ha hecho un gran papel.


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