viernes, 24 de mayo de 2013

La ciudad de los prodigios - Eduardo Mendoza




Fué mi querida amiga Lola quien me indujo a leer el libro y le estoy muy agradecida. Creo que mi reseña quedará muy pobre al lado de esta gran obra literaria, francamente.


Hace muchos años, en plena adolescencia, hice un intento de leerlo, pero no sé si es que no era el momento o yo estaba distraída con otras cosas, que lo aparqué a las pocas páginas, me estaba pareciendo una narrativa complicada y tediosa, y cuando lo pienso me sorprendo a mí misma, porque nada más lejos de la realidad.

Mendoza (Barcelona, 1943), es un autor que tiene un gran dominio de la palabra, de las descripciones ya sean de sitios, o de los sentimientos y actos de los personajes. Sabe recrearse magistralmente, y nunca, en las más de seiscientas páginas que tiene la novela, me ha parecido exagerado, me he saltado una línea o he pensado "esto sobra".
Quizá tenga también algo que ver que la novela está dedicada a Barcelona, mi ciudad natal, donde expone su lado negativo y también a veces el positivo. Lo que más me ha atraído es la época en que transcurre, comienza en 1899 unos meses antes de la inauguración de la Exposición Universal. Donde narra las vicisitudes por las que pasó el gobierno catalán para pedir ayudas a Madrid. O los inversores que necesitaban para poder pagar a todos esos millares de trabajadores llegados de otros puntos de España tan solo para poder construir los pabellones, siempre con un toque irónico y crítico.




Y mientras el autor va relatando los entresijos de la ciudad, de sus políticos, de los diferentes alcaldes, del crecimiento de la ciudad, tenemos un protagonista, Onofre Bouvila, que bajo mi punto de vista es para mí uno de los personajes más difíciles de olvidar. Bouvila, con trece años, llegará a la ciudad procedente de un pueblo de la Catalunya profunda, con unas pocas pesetas, y durante todo el libro iremos conociendo su carácter, su personalidad, su forma de ver la vida, como va cambiando a través de los años hasta convertirse en un abuelo. Su vida estará llena de sorpresas.

Una época fascinante, que fué muy convulsa para la ciudad donde llegaron los grandes cambios, los grandes prodigios, una ciudad que a partir de la Exposición Universal se abrió el camino a nivel internacional.

No descarto volver a leer más obras de Mendoza, que tiene una larga lista, además me han dicho que tiene alguna que incluso supera a ésta.




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