sábado, 4 de mayo de 2013

La nieta del señor Linh - Philippe Claudel





Como me quedé prendada de Almas grises, del mismo autor, de la que ya dí cuenta hace unas semanas, quise leer algo más de Claudel, así que me decidí por esta novela.


Ya estaba mentalizada, sabiendo que iba a ser una lectura triste, pero al ser un libro más bien corto, no me importó. A veces pasa que ciertas novelas, de lo tristes que son pueden rozar la cursileria, pero éste no es de ninguna de las maneras el caso, lo aseguro.

El señor Linh, es un anciano, nativo de algún país asiático, no se especifica, que llega como refugiado a un país del primer mundo, del cual tampoco se especifica el nombre.
Es un hombre que ha sido prácticamente arrancado de su país, por culpa de la guerra, que lo ha dejado sin su familia y sin sus tierras, a excepción de su nieta.

Llegará a este país extraño sin tener noción alguna del idioma, lo instalarán en un edificio especial para nuevos inmigrantes que están a la espera de ser legalizados y tienen que pasar todo un proceso burocrático.
Tendrá que compartir habitación con dos familias más con hijos pequeños, también nativos del mismo país que el señor Linh.

El señor Linh adora a su nietecita, que es un bebé, calculo que rondará el año de edad, a la cual mima y protege de todos, ya que es lo único que le queda.

Una mañana, el señor Linh, decide salir a pasear junto a su nieta, por las calles cercanas al lugar donde vive. En un momento determinado, decide descansar y se sienta en un banco. A su lado, está otro hombre, que también descansa y observa a la gente que va pasando. A partir de ese momento, sin ellos dos sin quererlo comenzarán a tener una relación cordial que acabará, seguramente, en amistad.

Aunque la novela es muy corta y realmente se lee en dos o tres sentadas, está escrita con tanta intensidad que se convierte sin quererlo en una novela inolvidable.


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