Por si alguien todavía no lo sabía, Robert Galbraith es el pesuedónimo de la escritora J. K. Rowling.
Esta es la segunda novela que leo de Rowling, no, las de Harry Potter no las he leído.
La primera que leí fue Una vacante imprevista, novela totalmente diferente de Potter o de El canto del cuco.
Parece que la autora está demostrando que se puede mover entre géneros muy hábilmente, en este género, el de misterio, me ha sabido atrapar desde las primeras páginas.
No es una novela negra oscura y sangrienta, más bien, una novela que casi me atrevo a decir que emmula a los clásicos como Agatha Christie o Conan Doyle.
El detective, protagonista de la novela, ya en sí tiene un nombre fuera de lo corriente, Cormoran Strike, y una biografía muy interesante, empezando porque es hijo ilegítimo de alguien muy famoso con quien no tiene contacto alguno, y más no voy a decir por si acaso.
Cormoran es un hombre intuitivo y caótico, y muy inteligente, aunque no le vayan bien las cosas con su agencia de detectives.
En su primer caso tendrá que averiguar si la muerte de una super modelo fue suicidio o asesinato, y mientras el autor nos lo va relatando, nos va dando un auténtico tour por todo Londres. Lástima que yo todavía no haya estado ahi, pero en ocasiones, me he sentido como si ahí estuviera.
Galbraith/Rowling, me ha dejado con muy buen sabor de boca y con ganas de seguir con las aventuras de Cormoran Strike, y también saber más de su vida. Ya ha publicado dos novelas más, tituladas, El gusano de seda y El oficio del mal.
Y por último, parece ser que la BBC está rodando la serie, con Tom Burke de protagonista, conocido entre muchos personajes por interpretar a Athos en Los Mosqueteros.
Dejo una imagen...
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