Mi primera función de ballet

Fué hace tres semanas, asistí a mi primera función muy expectante, con ganas pero un pelín escéptica, ya que duraba dos horas y no estaba segura de si iba a aguantar tanto tiempo viendo un espectáculo en el que ni se habla ni se canta, se baila al son de la música.


Afortunadamente, la música era la del gran compositor ruso, Piotr Ilich Chaikovski, y la obra, Eugenio Oneguin, novela escrita en verso por Aleksandr Pushkin, publicada entre 1823 y 1831. La ópera se estrenó en Moscú en 1879.

El ballet llegó mucho más tarde, en 1965, de la mano del coreógrafo John Cranko (1927-1973), con los arreglos musicales de Kurt-Heinz Stolze. Pero hace unos tres años se hizo una nueva versión del ballet creado por el coreógrafo ruso Boris Eifman, con la compañía de ballet Eifman de San Petersburgo, que es la versión que yo fuí a ver.

Lo primero que me sorprendió es que no había orquesta lo cual me irritó bastante. La música salía de unos altavoces, no tuvimos otro remedio que acostumbrarnos. Más tarde me explicaron que cuando se trata de ballet, la música tiene que ir al ritmo exacto de la danza, con lo que se corre el riesgo de que en algún momento no haya coordinación. También me dijeron que podría tratarse de una cuestión de presupuesto, ya que con una orquesta el presupuesto se dispara.

Para que os hagáis una idea de lo que vi:

Volviendo al ballet, debo decir que a pesar de que la música de Chaikovski es preciosa, hubo una mezcla de música clásica con música de guitarra eléctrica, por decirlo de alguna manera. Aunque el conjunto fué bonito, hubiera preferido escuchar solamente la música de Chaikovski. Quizá es que soy un poco conservadora para este tipo de espectáculos.

Pero el ballet de San Petersburgo, es decir, los bailarines, estuvieron soberbios. Veías el esfuerzo físico que sufrían y la pasión que ponían en cada uno de sus movimientos, fué realmente brillante, emocionante, hubo bastantes interrupciones de aplausos precisamente por esa perfección.

Una escena del ballet:

En líneas generales puedo decir que sí que me gustó, que salí contenta, pero espero y deseo que mi próximo ballet sea más clásico y pueda ver por fin a una prima ballerina danzando en punta. De momento tengo entradas para ir dentro de unos meses a ver la ópera de Eugenio Oneguin, ya contaré...